Los hospitales Shriners Children’s ofrecen apoyo académico para ayudar a los niños a progresar durante los tratamientos
En Shriners Children’s Chicago, entre los estériles quirófanos, los consultorios de alta tecnología y las concurridas estaciones de enfermeria, existe un espacio amplio, abierto y brillante con plantas naturales que sirve como aula de clases.
Este es probablemente uno de los lugares más importantes del hospital.
El “aula”, así como su maestra del distrito escolar de Chicago, Mary Vokoun-Sommers, es fundamental para la recuperación de los pacientes. Esta es una de las muchas aulas de los centros de atención de Shriners Children’s, nuestros pacientes pueden ponerse al día con sus estudios mientras que reciben tratamiento en el hospital. Pero, además de eso, fungen como refugios para los niños que viven circunstancias difíciles, y contar con este santuario es una especie de medicina emocional muy importante: la medicina de la sanación.
“La escuela es una parte esencial de la experiencia de los niños en nuestro hospital”, explica Sue Mukherjee, M.D., directora médica de rehabilitación en Shriners Children’s Chicago. “Ayuda a que sus mentes permanezcan activas cuando deben estarlo, y permite que estén conectados con su vida de vuelta a la escuela”.
Empoderar a los pacientes jóvenes a través de la educación
Si bien muchos de los pacientes de Shriners Children’s reciben atención ambulatoria o permanecen poco tiempo dentro de nuestros hospitales. Algunos tratamientos duran semanas o meses. Es posible que recientemente hayan sufrido lesiones que podrían alterar su vida, como lesiones de la médula espinal o quemaduras. O tal vez padezcan una afección congénita por la cual deben ser hospitalizados con frecuencia y ser sometidos a varias cirugías. Quizá sientan dolor emocional o físico, y se sientan frustrados de estar atrapados en un lugar en el que no quieren estar.
La estadía en un hospital puede hacer que algunas personas se desorienten y se alteren y, como lo saben los padres, es peor en el caso de los niños, ya que son más vulnerables y tienen menos capacidad de comprender por qué deben permanecer allí. Esto se alinea con las observaciones que Anna Freud, psicoanalista e hija de Sigmund Freud, hizo en la década de los treinta: Los niños experimentan la pérdida de la autonomía y de la confianza. Para ellos, el tiempo se detiene. Cuando los apartan de su hogar, pueden llegar a sentirse abandonados.
En este entorno desconcertante, el aula del clases dentro del hospital se convierte en un lugar en el que pueden recuperar algo de la normalidad que conocen.
David Greenhalgh, M.D., jefe de atención de quemaduras del Shriners Children’s Northern California, explica que este lugar les transmite un poderoso mensaje: el recordatorio de que en algún momento regresarán a sus hogares y a la escuela.
“Los distrae y les ayuda a ver la luz al final del túnel”, afirma el Dr. Greenhalgh. “Tienen que recuperarse física, mental y emocionalmente. La escuela ayuda a la recuperación mental y emocional”.
Leer, estudiar e interactuar con los compañeros puede ayudar a aliviar o eliminar los sentimientos de angustia, los cuales podrían impedir y retrasar la curación y la recuperación. Esto se observó por primera vez y de forma concluyente en los pacientes que se estaban recuperando de una cirugía de bypass cardiaco. Desde entonces, se ha demostrado que esto sucede con otros tipos de lesiones y afecciones. En el 2006, científicos de Yale University informaron que esto también ocurría en el caso de la recuperación de cirugías. En concreto, su investigación determinó que los estados emocionales negativos pueden influir en la cantidad de anestesia que necesita un paciente, el tiempo que permanece hospitalizado y la magnitud de la función que recupera, entre otras cosas.
Por esta razón, las aulas de clases de Shriners Children’s desempeñan un papel especial, ya que ofrecen un sentido de normalidad y de comodidad gracias a la familiaridad de los maestros dedicados, los lápices, los libros, y más. Este entorno no solo fomenta el espíritu de aprendizaje, sino que además brinda esperanza y alegría cada día.
Ofrecer educación para la recuperación y el éxito
La mayoría de los principales hospitales para niños cuentan con aulas de clases. Desde un principio, Shriners Children’s reconoció la necesidad de ofrecer una escuela. En 1938, 15 hospitales de Shriners Children’s contaban con maestros en las instalaciones.
En la actualidad, 11 centros de atención de Shriners Children’s ofrecen un completo programa educativo. En Montreal, Hospitales Shriners para Niños Canada cuenta con dos maestras: Marie Donato y Leanne Stachecki, que enseñan en francés e inglés. En Chicago Vokoun-Sommers utilza dispositivos de alta tecnología para trabajar son los pacientes que necesitan asistencia, entre ellos un dispositivo Gaze que permite que los pacientes escriban mensajes únicamente con la mirada.
En las aulas de clase, los estudiantes generalmente siguen el currículo de casa. Por ejemplo, en Shriners Children’s Northern California, la maestra Barbara Brooks, quien al igual que Vokoun- Sommers es empleada del distrito escolar local, se pone en contacto con las escuelas de los pacientes durante los primeros días de su hospitalización para obtener información sobre lo que deben hacer. Algunos de los pacientes del Shriners Children’s Northern California permanecen hospitalizados durante meses. Pero incluso los pacientes que están hospitalizados durante una semana pueden asistir a la escuela.
Cuando el paciente es dado de alta, Brooks o Kerry Martini, coordinadora del aula del hospital, visitan la escuela del niño, sin importar qué tan lejos esté, a fin de que la escuela y los compañeros del paciente se preparen para su regreso, ya que podría volver en una condición muy diferente.
El aspecto curativo de la educación es importante, pero también lo es el trabajo en clase. Se realizan ceremonias de graduación para los pacientes dentro del hospital, y en una ocasión, Vokoun-Sommers recibió una invitación de un expaciente para asistir a su graduación de octavo grado, y la aceptó.
Brooks dice que la atmósfera de su aula de clases usualmente sorprende a los visitantes. Ella se pone de pie mientras señala su aula de clases, brillante y llena de objetos, así como el resto del hospital. “Creo que los visitantes se sorprenden de que este no sea un lugar deprimente. Es un lugar alegre. Es ameno”.