Además de proporcionar atención médica de primer nivel, nuestro personal está comprometido en ayudar a nuestros jóvenes pacientes a desarrollar más confianza y a descubrir y perseguir sus objetivos. Para muchos pacientes, descubrir que pueden participar en deportes, a pesar de sus problemas médicos, les abre un nuevo mundo de esperanza y oportunidades.
Daisy tracciona sin golpes
Con gran intensidad, la niña de 13 años arremete contra el pequeño saco de arena suspendido justo arriba de su cabeza. Izquierda, derecha, izquierda, derecha, izquierda, derecha – un ritmo rápido e ininterrumpido Ella está trabajando en desarrollar su sincronización y coordinación, con la esperanza de competir en artes marciales mixtas (AMM) algún día.
Ella es Daisy, una estudiante de secundaria, atleta integral y paciente de los Hospitales Shriners para Niños — Spokane, donde recibe el tratamiento y apoyo que la ayudan a cumplir sus sueños.
A Daisy le encanta mantenerse activa. “Practico softball, béisbol de ligas menores, voleibol, baloncesto, cualquier cosa al aire libre realmente”, comentó.
Los padres de Daisy la adoptaron en China cuando tenía 6 años. Daisy nació sin una parte de su pierna izquierda, y su mano izquierda estaba subdesarrollada. Antes de llevarla a casa, sus padres sabían que los Hospitales Shriners podrían ayudar a su hija.
“Mi mano no estaba realmente separada, sino palmeada”, explicó Daisy. “Tuve tres cirugías en mi mano para separar el pulgar, el dedo medio y el meñique. Después de mi última cirugía de mano, me hicieron una importante cirugía en la pierna.”
Para ayudar a Daisy a alcanzar sus objetivos con las AMM, su técnico ortopédico le sugirió un pie para correr.
“No podría nombrar a otro paciente con amputación con el que haya trabajado, que haya querido practicar artes marciales mixtas”, indicó Peter Springs, L / PO, gerente de servicios ortopédicos y prostéticos pediátricos del hospital. “Debe intentar adaptarse a sus deseos y a lo que quieren lograr”.
Daisy comentó que el nuevo pie “tenía más elasticidad”.
“Recuerdo la primera vez que entró en el pasillo y terminó trotando un poco”, contó Springs. Cuando ella trató de describir la experiencia, él pudo decir que “era una categoría distinta y mejor para ella”.
Ahora Daisy asiste de manera habitual a un gimnasio local, donde trabaja en su propio entrenamiento y entrena a niños más pequeños. En este proceso, ella está derribando nociones preconcebidas acerca de lo que puede lograr.
“Pensamos que iba a ser un poco difícil con sus limitaciones, pero no lo ha sido en absoluto. Ni siquiera lo notamos”, mencionó su padre. “Es solo una parte de ella”.
Trabajar con Daisy ha sido una revelación para su entrenadora, Sarah Howell, propietaria de Wolfpack Fitness en Pasco, Washington. n. “Ella quiere ser impulsada, quiere ser desafiada, está perfectamente bien y es capaz de hacer cualquier cosa que le pongas por adelante”, comentó Howell. “Así que al final, mi actitud como entrenador cambio”.
Con la esperanza de competir en las AMM en el futuro, Daisy y su familia están trabajando en las reglas concernientes al uso de su prótesis. Mientras tanto, ella se dedica a potenciar sus habilidades y ayudar a otros niños a mejorar también.
“Mucha gente subestima mi capacidad para esforzarme más”, comentó Daisy, “pero siento que puedo hacer cualquier cosa en la que pueda pensar”.
Sol fija el aterrizaje
Frente a los jueces, la novata gimnasta proyecta más confianza. Una disciplina interna le impide mostrar debilidad.
“Respiro hondo y sé que voy a estar firme”, comentó.
Ella sonríe y se acerca a la barra de equilibrio. Para Sol, la competencia por el título estatal ha comenzado.
Como muchos gimnastas, Sol comenzó a participar en el deporte a una edad temprana. Pero a diferencia de otros, cuando su madre la inscribió en gimnasia a los 31/2 años, Sol ya se había sometido dos veces a una cirugía de pie. Aprendió a caminar con un yeso.
Sol nació con el pie izquierdo girado hacia adentro. La condición congénita, conocida como pie equino varo, se produce cuando los tendones que conectan los músculos de las piernas con el pie se acortan y se tensan. Esto afecta la posición de uno o ambos pies y, si no se trata, puede afectar la capacidad para caminar.
“Cada vez que un padre sabe que su hijo tiene una discapacidad, debe escuchar sus instintos y buscar la mejor atención para él”, comentó la madre de Sol, Elda. “No sabe cuánto los limita la discapacidad – o no los limita”.
Los padres de Sol buscaron tratamiento en los Hospitales Shriners para Niños — Chicago, que es donde la familia conoció al cirujano ortopédico pediátrico Haluk Altiok, M.D.
Por la confianza en la investigación y el enfoque en los mejores resultados para sus pacientes, los Hospitales Shriners para Niños eran exactamente el lugar donde Elda quería que Sol estuviera. Los tratamientos son personalizados para cada paciente e incluyen intervenciones quirúrgicas y no quirúrgicas. El Hospital Shriners de Chicago tiene un centro interno de análisis de movimiento, donde los médicos identificaron el mejor tratamiento para el pie equino varo de Sol, en función de cómo se movían realmente su pierna y pie. Además, el hospital ha brindado a Sol atención de seguimiento a lo largo de los años para otras lesiones relacionadas con su deporte.
El tratamiento le permitió a Sol agarrar la colchoneta y perseguir su pasión. “La gimnasia es un escape para mí”, comentó. “Puedo liberar mi energía y expresar el talento oculto que tengo”.
Compitiendo en eventos de gimnasia de EE. UU. durante años, Sol tenía un horario exigente: 20 horas a la semana en el gimnasio, además de clases aceleradas en la escuela. Pero, con amplios intereses y tiempo limitado, Sol optó por hacer un cambio, uniéndose al equipo de gimnasia de su escuela secundaria.
Este cambio facilitó tiempo para la escuela, la actividad social y un nuevo deporte – atletismo – donde los entrenadores vieron su destreza y la incentivaron a probar el salto con garrocha.
“Siento que he tenido mucho éxito y nada puede detenerme, ni siquiera las cirugías”.
Matthew se balancea a lo grande
Como la mayoría de los golfistas, Matthew, de 16 años, va en busca de ese día en que todo se une: los impulsos, los golpes cortos y la intensidad que genera concentración en lugar de estrés.
Él juega para su equipo de la escuela secundaria, practica día por medio y a veces se une a su padre como jugador o voluntario en torneos de golf de caridad de la zona. Y ahora, con el tratamiento que recibió el año pasado de los Hospitales Shriners para Niños — Portland, está listo para alcanzar el siguiente nivel.
En 2018, Matthew fue diagnosticado con escoliosis. Su plan de tratamiento, provisto por Michelle Welborn, M.D., incluía usar un aparato ortopédico 20 horas al día durante siete meses. En Marzo pasado, comentó su madre, las radiografías mostraron que sus placas de crecimiento se habían cerrado y el joven recibió luz verde para la cirugía a principios de Abril.
Matthew comentó que su red de apoyo, junto con su fe, lo ayudaron a salir adelante. “Para mí, se trataba sobre usar el aparato ortopédico y cómo se sentiría, cómo se vería y cómo me vería”, comentó. “Mi familia, maestros y amigos me alentaron y apoyaron mucho”.
Adicional a ello: la confianza en su equipo médico, particularmente en la Dra. Welborn, cuyo foco de atención está en la malformación de la columna vertebral pediátrica. “La Dra. Welborn fue absolutamente increíble”, indicó Matthew. “¡No podía no confiar en ella!”
Matthew confirmó que la corrección de su escoliosis ha tenido un impacto positivo en su vida. “La cirugía ha ayudado a nivelar mis hombros, lo cual ha mejorado mucho mi swing en el golf”, comentó. “Además, no me siento tan inseguro al nadar”.
Como estudiante atleta, la placa de Matthew está llena este año escolar. Mencionó que sus clases favoritas están relacionadas con la ciencia. “Estoy ansioso por comenzar la clase de Química Honores. Me encanta preguntar “¿Por qué?” !Y la ciencia te incentiva a hacer eso!”.
Además, Matthew comenzó el club cornhole de su escuela secundaria y planea jugar el Ultimate Frisbee. “Me gustan los deportes de equipo”, comentó. “Esa es otra razón por la que me gusta el golf: Estoy jugando contra mí mismo, pero puedo ganar puntos para un equipo. Un ganar-ganar seguro”.
La madre de Matthew, Jennifer, se ha centrado en motivar a su hijo. “Déjenlo probar cosas nuevas”, indicó. “Dejen que falle también. Los niños son mucho más resilientes de lo que a veces pensamos”.
Las preocupaciones sobre la futura salud de su hijo vienen con todo ello. Pero Jennifer comentó que su familia se enfoca a largo plazo. “Somos como cualquier otro padre. Queremos que Matthew busque lo que ama y que sea una bendición para los demás”, comentó.
“Después de uno de nuestros recientes chequeos en el Hospital Shriners, caminamos por el edificio y nos encontramos en el patio de juegos de la azotea. Allá arriba, también vimos varias placas vacías que daban oportunidades a un futuro donante. Después de explicar lo que eso significaba, Matthew comentó que quería regresar algún día y donar suficiente dinero como para patrocinar uno de los espacios de juego. No tengo dudas de que lo cumplirá. ”
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