Nuestra Comunidad

Conversaciones Comunitarias Invierno 2024

Queridos Lectores:

Hace poco, un hombre condujo cinco horas hasta el Shriners Children’s Northern California. Llevaba un gastado libro de coleccionar sellos y estaba allí para cumplir el último deseo de su padre. Su padre, David, recibió tratamiento para la espina bífida en el hospital infantil Shriners de California cuando tenía entre 6 y 8 años. Un miembro del personal le dio el libro de sellos y le enseñó a coleccionar. A lo largo de los años, David contó a sus hijos historias sobre su estancia en el hospital. Las camas de los pacientes estaban en grandes salas abiertas, donde los niños se relacionaban y reñían como hermanos. Las operaciones daban miedo, pero la recuperación en una sala aislada, lejos de los amigos, era lo más duro. Los pacientes de hoy tienen una experiencia muy diferente, como leerás en nuestro artículo de las páginas 5-7. Aprenderás cómo nuestros médicos-científicos están a la vanguardia de los descubrimientos y avances clínicos para los niños con espina bífida. Leerás sobre los deportes de adaptación, como el hockey sobre trineos y la equitación terapéutica, que ayudan a los niños a prosperar, y sobre la atención integral, que es una de las piedras angulares de nuestro enfoque del tratamiento. David tenía 81 años cuando falleció, y había disfrutado de una vida larga y extraordinaria. Sin embargo, su conexión con Shriners Children’s era tan fuerte que más de 70 años después pidió a su hijo que compartiera su querido libro de estampas y su historia. Hoy seguimos ofreciendo la misma esperanza y curación, y nuestros cuidadores atesoran los lazos que establecen con nuestros pacientes. Son estos lazos con las personas de nuestras vidas lo que más importa. Espero que juntos disfrutéis del amor y la luz de estas fiestas.

Atentamente,

Mel Bower

Directora de Marketing y Comunicaciones Shriners Children’s


Perspectivas del Paciente

El personal del Shriners Children’s Hawaiʻi se sintió profundamente conmovido al recibir esta conmovedora nota de una de sus valientes pacientes, Layla, junto con una manta de corbata bellamente confeccionada y un adorable mapache de Layla y su hermana, Joelle. Momentos como éstos nos recuerdan por qué hacemos lo que hacemos.

A los Shriners, Hola, me llamo Layla y voy a estar en 10º curso. Vivo en la Gran Isla y cuando tenía 8 años me lesioné la rodilla jugando al fútbol. Todos los médicos de aquí me dijeron que me había roto un hueso, pero nadie quería escayolarme. Así que vine a Shriners Children’s Hawaiʻi. Me dijeron que se ocuparían (de lo que necesitara), desde las muletas hasta la rehabilitación.

Al final de todo esto, pude elegir una manta de una caja. Era una manta de corbata roja y negra de Minnie Mouse, como la de esta caja. Quería agradecer a Shriners su servicio y permitir que otra persona disfrutara de una manta como yo pude hacerlo.

También tejí a ganchillo un peluche a juego con el mapache de la manta y esperaba que fueran a juego. Mi hermana y yo habíamos elegido vellón y hecho todos los pequeños nudos. Quiero agradecer a Shriners Children’s la bondad que demuestran. Actualmente soy corredora de campo a través y juego al softball. Realmente creo que no podría hacer lo que hago si Shriners Children’s no me hubiera ayudado. De nuevo, muchas gracias, y espero que otro niño reciba mi manta como yo.

Layla y Joelle