Queridos Lectores:
Me llena de entusiasmo compartir esta edición, que se centra en gran medida en la enfermería.
En estas páginas, leerá sobre nuestra nueva iniciativa para utilizar las observaciones y la experiencia de nuestras enfermeras con el fin de impulsar la mejora continua.
Las enfermeras clínicas en Shriners Children’s van más allá de su labor. Son educadoras, líderes y defensoras permanentes de los niños a los que atienden. Nuestras enfermeras son fundamentales en nuestros hospitales y clínicas. Por eso, las animamos a que sientan curiosidad por conocer las mejores prácticas en la atención al paciente, un enfoque denominado práctica basada en la evidencia. También conocerá el nuevo consejo de investigación y práctica de enfermería de Shriners Children’s, cuyos miembros serán mentores de las enfermeras en todo nuestro sistema de atención médica.
Me gustó especialmente nuestro artículo destacado de la página 11, que describe las conexiones especiales que forman nuestras enfermeras y pacientes. Estos vínculos a menudo se forjan a lo largo de muchos años, ya que los pacientes regresan para recibir atención, a veces durante toda su infancia. Es increíblemente conmovedor escuchar una y otra vez que nuestros jóvenes pacientes consideran al personal de Shriners Children’s como una segunda familia, y las enfermeras suelen ser las protagonistas de estas historias.
Una enfermera especial es la que quiere dedicarse a la medicina avanzada y elige cuidar de los más preciados y vulnerables entre nosotros. Estamos muy agradecidos por ellas.
Atentamente,
Mel Bower
Director de Marketing y Comunicaciones Shriners Children’s
Perspectivas del Paciente
Maria, madre de Aksel, de 6 años, compartió estas amables palabras después de que su hijo acudiera a Shriners Children’s New England con una lesión que sufrió en el campo de béisbol. El personal está muy agradecido por haber cuidado de Aksel y haber apoyado a Maria.
“No puedo expresar con palabras (pero lo intentaré) la increíble atención que estas maravillosas personas brindaron no solo a mi hijo, con su brazo roto, sino a mí, como madre ansiosa. Desde el personal de recepción, que fue muy servicial y acogedor, hasta su equipo médico y de imágenes diagnósticas, todos ellos cuidaron excepcionalmente de mi hijo y probablemente le evitaron tener que someterse a una cirugía. Siempre estaré agradecida. ¡Nos fuimos con muchos abrazos y, gracias a ellos, con un brazo que estará bien! ¡Gracias, gracias!”
Maria