Durante el ensayo de la banda de marcha de la escuela secundaria, el trompetista flexionó las piernas apoyándose en su pie izquierdo para hacer la siguiente formación, y cayó directamente al suelo. A su alrededor, el resto de la banda realizó el entrenamiento según lo previsto y continuó la presentación.
Michael, de 15 años, dijo que oyó un repentino “pop” en la rodilla. “Pensé: ‘¿Me rompí la rodilla?’”, afirmó.
Más tarde, en la sala de emergencias local, las radiografías mostraron que su rodilla no estaba rota. Pero algo no estaba bien. Michael fue remitido al cirujano de medicina deportiva Ben Wilson, M.D., del Shriners Children’s Lexington.
El Dr. Wilson determinó que Michael se había dislocado la rótula. La dislocación de rótula es una de las lesiones de rodilla más comunes entre los adolescentes y, a pesar del tratamiento, el 50% de los pacientes acaban dislocándose la rótula de nuevo, afirmó el Dr. Wilson. “En el caso de la rótula de Michael, también se había desprendido una sección del cartílago que soporta el peso del hueso de su fémur”.
Las lesiones de hueso y cartílago como la de Michael son más raras, y suponen importantes implicaciones para la salud a largo plazo de la articulación de la rodilla. Él necesitaría una cirugía.
Aunque la banda de marcha se considera un arte escénico, es una actividad muy física que utiliza los músculos de las piernas y las caderas, así como el cuello, la espalda, los hombros, y las rodillas. Las lesiones que se sufren pueden ser similares a las deportivas. Hay un aumento de lesiones pediátricas como estas, afirma Fran Farley, M.D., Directora Médica de Shriners Children’s. Shriners Children’s es una de las redes de hospitales, centros médicos e instalaciones ambulatorias más grandes de América del Norte que se especializa en el tratamiento de este tipo de lesiones.
Si no se tratan, las lesiones como la de Michael pueden tener complicaciones graves y contribuir al desarrollo de artritis temprana en la rodilla.
“Sabía que teníamos que llevarlo rápidamente a cirugía, porque cuanto más esperáramos, más difícil sería de recuperar”, afirmó el Dr. Wilson. “No queríamos que terminara en una artritis para un joven de 16 años. Así que entramos y limpiamos el lugar de donde procedía el cartílago, y lo reparamos en su sitio con tachuelas absorbibles. Después, le reconstruí el ligamento de la rótula con un tendón de un donante, para asegurarnos de que no volviera a salirse de su sitio”.
Los experimentados y talentosos equipos médicos de Shriners Children’s saben que los niños y adolescentes no son solo adultos pequeños, y trabajan duro para superar su miedo y responder a sus preguntas, con el objetivo de que los pacientes vuelvan a hacer lo que les gusta de la forma más rápida y segura posible.
La cirugía y la recuperación no fueron fáciles para Michael, quien toca la trompeta desde quinto grado. La recuperación de Michael requirió un mes y medio utilizando una silla de ruedas y muletas, lo que le impidió participar en el resto de la temporada de marchas. “Me decepcionó mucho no poder estar en el campo con mi banda”, afirmó Michael. “Habíamos trabajado tan duro durante meses para competir, así que fue frustrante tener que mirar desde la barrera”.
Después de la cirugía, Michael completó la terapia física y, un mes antes de que comenzara la temporada de marchas de su penúltimo año, recibió el visto bueno para volver al campo.
Tecnología avanzada para una recuperación más rápida
La tecnología avanzada puede ser esencial para ayudar a los jóvenes atletas a recuperarse y regresar a la práctica del deporte. Para Daniel, un atleta practicante de dos deportes que se lesionó la rodilla durante un combate de lucha en la escuela secundaria, eso significó pasar un tiempo en una máquina antigravedad.
No tuvo que subirse a una nave espacial para eso; en su lugar, encontró la caminadora Boost en Shriners Children’s Spokane. Se trata de una caminadora antigravedad que les permite a los pacientes correr o caminar utilizando tan solo el 20% de su peso corporal, lo que genera un menor impacto en el cuerpo y la capacidad de lograr un mayor rango de movimiento con menos esfuerzo. Cuando un paciente está limitado a realizar actividades en las que no soporte peso, la caminadora Boost le ofrece al personal de rehabilitación de Shriners Children’s una solución segura para el acondicionamiento físico, sin riesgo de sufrir nuevas lesiones.
Mientras se recupera de su lesión deportiva, Daniel ha estado recibiendo atención del equipo de rehabilitación de medicina deportiva. Kelly Bartleson, MPT, OCS, CMPT, y fisioterapeuta de medicina deportiva en Shriners Children’s Spokane, incluyó la caminadora Boost en el plan de tratamiento de Daniel para aumentar su fuerza y resistencia, y para probar su tolerancia a la marcha.
“Cuando se limita la capacidad de correr o caminar debido al dolor, a la debilidad o a la falta de confianza, la recuperación puede ser más lenta, y otras partes del cuerpo podrían compensarla, creando potencialmente otros desafíos”, explicó Bartleson. “Podemos hacer que los niños se muevan antes porque la caminadora Boost facilita el movimiento y supone un menor impacto”.
Daniel está de acuerdo en que la caminadora antigravedad ha sido una parte integral de su plan de recuperación personalizado. “Definitivamente me ha ayudado a volver más rápido a la actividad regular”, afirma. “Obtengo el beneficio de correr, pero me cuesta menos esfuerzo, lo que ha ayudado a mi recuperación y me da la confianza de que no me volveré a lesionar la rodilla cuando vuelva a la actividad plena. Espero ir a la universidad, sin dolor y recuperado de mi lesión”.
Recorrer un largo camino
Mientras que algunos jóvenes sufren lesiones que necesitan un tratamiento inmediato, como Michael, otros pacientes tienen un recorrido más largo que puede incluir un equipo médico multidisciplinario, que vigile e investigue posibles afecciones que pudieran estar agravando los síntomas, y eventualmente seguir adelante con el tratamiento. Eso es lo que le ocurrió a Sammy, un estudiante de último grado de escuela secundaria que acudió a Shriners Children’s Northern California con un historial de dislocaciones de rodilla.
La primera lesión de rodilla de Sammy ocurrió cuando se cayó y se torció la pierna izquierda jugando al baloncesto Nerf cuando tenía 11 años. Como casi no tenía dolor, y la rodilla volvió a su sitio con bastante facilidad, su familia no buscó tratamiento. Un par de años más tarde, una fuerte caída sobre su pierna derecha envió a Sammy a la sala de emergencias, y su pediatra lo remitió al Shriners Children’s Northern California.
“En ese momento había tenido dos dislocaciones importantes pero casi sin dolor”, afirmó Jill, la madre de Sammy. “A los médicos les preocupaba que pudiera tener el síndrome de Marfan, una afección que altera los tejidos conectivos que mantienen unido el cuerpo, provocando que las articulaciones débiles se disloquen con facilidad”.
En Shriners Children’s Northern California, un equipo médico dirigido por la Dra. Nicole Friel, cirujana ortopédica y especialista en medicina deportiva, pudo descartar el síndrome de Marfan. Recomendaron que Sammy reanudara sus actividades normales con un seguimiento por parte de la Dra. Friel y el equipo.
Cuando Sammy tenía 15 años, una lesión en la rodilla derecha que sufrió jugando al fútbol en la escuela secundaria le hizo enfrentarse a la necesidad de una cirugía seria y compleja. Una resonancia magnética (RM) reveló que el ligamento patelofemoral medial (MPFL, por sus siglas en inglés) de Sammy estaba sumamente estirado. Sin cirugía, lo más probable era que el ligamento siguiera siendo demasiado largo, la rótula estuviera ligeramente fuera de su sitio, y la rodilla fuese débil y propensa a las lesiones.
“La Dra. Friel se tomó el tiempo necesario para explicarle a Sammy todas las ventajas y desventajas de operarse o no”, afirmó Jill. “Lo trató como un igual; alguien que forma parte de la educación y la decisión”.
Sammy optó por la cirugía. La Dra. Friel realizó el complicado procedimiento de reconstrucción del MPFL en la rodilla de Sammy utilizando tejido de un donante, la misma cirugía a la que se sometió Michael, el trompetista. Este procedimiento requiere un alto nivel de habilidad quirúrgica y atención al detalle para obtener resultados óptimos.
Sammy se recuperó por completo y recibió el visto bueno para volver por completo a las actividades atléticas al cabo de siete meses. En golf, fue nombrado mejor jugador de toda la liga y compitió en los playoffs, y ha vuelto a entrenar en el campo de fútbol para su temporada de último grado este otoño.
El alcance del programa de medicina deportiva
Se pueden encontrar programas específicos de medicina deportiva en varios centros de atención Shriners Children’s de EE. UU. Además, los equipos altamente capacitados de cualquier centro Shriners Children’s que ofrezca servicios ortopédicos pueden tratar a jóvenes con lesiones deportivas o relacionadas con el juego.
Michael está agradecido por la atención que le proporcionó Shriners Children’s. “Tenía mucho miedo, pero una vez que me dijeron que vería a un especialista en Shriners Children’s al día siguiente, supe que iba a estar en buenas manos”.