El invento más reciente del departamento de sillas de ruedas, asientos y movilidad de los Hospitales Shriners para Niños — Salt Lake City representa más que una forma de que nuestros pacientes más jóvenes aprendan a moverse. También es una herramienta innovadora que fomenta su desarrollo en general. El “Baby Bug”, es una silla de movilidad de dos motores para bebés creada por Ken Kozole, BSME, OTR/L y su equipo, para ayudar a los bebés que no han logrado hitos importantes del desarrollo porque no tienen la capacidad de gatear o caminar independientemente.
Una razón para moverse
En los primeros dos años de vida, el desarrollo de un niño comprende una serie compleja de eventos que son críticos para formar la estructura para el crecimiento hacia la edad adulta . La investigación muestra que, por lo general, los niños en desarrollo logran avances acelerados en su desarrollo cuando adquieren la habilidad de gatear, arrastrarse y caminar. Estos movimientos tempranos son responsables del crecimiento rápido, el relacionamiento social, el habla receptiva y expresiva, y la consciencia espacial. Los niños que no son capaces de moverse de manera independiente están en riesgo de tener retrasos en estas áreas, y cuando son muy jóvenes, son demasiado pequeños para usar sillas de ruedas.
Scott Jerome, MPT, un fisioterapeuta del departamento de asillas de ruedas, asientos y movilidad, explicó: “Los niños con necesidades especiales que no tienen movilidad independiente no pueden explorar el mundo alrededor de ellos y los beneficios que esto trae. Es posible que no logren algunos hitos sociales y cognitivos”.
Es por eso que Kozole, un médico de gran trayectoria en el departamento de sillas de ruedas, asientos y movilidad de los Hospitales Shriners para Niños — Salt Lake City, trabajó con su equipo y la Open Wheelchair Foundation para desarrollar el prototipo del Baby Bug.
El camino del Baby Bug
El Baby Bug se fabrica con una base de bajo perfil en ruedas resistentes; funciona con electricidad y es programable; e incluye un mando de control . El asiento está hecho con un asiento para bebés Sit-Me-Up de venta en el mercado.
Se deben hacer estudios rigurosos sobre el Baby Bug antes de que se pueda ofrecer a los pacientes. Como parte de esa investigación, el personal reclutó bebés del personal de los Hospitales Shriners y de los miembros de la comunidad para determinar la edad óptima para que los bebés usen el Baby Bug, y para evaluar cómo los niños son capaces de usar el mando. Muchos empleados estuvieron dispuestos a inscribir a sus hijos, incluida la fisioterapeuta Crystal Haakenson, DPT.
“Apoyo todas las investigaciones que hacemos aquí en los Hospitales Shriners”, afirmó Haakenson. “Necesitamos recopilar mucha información sobre cómo los niños responden, de manera que sepamos cómo ayudar a los niños que necesitan más apoyo y darles la mejor oportunidad para aprender”.
Haakenson trajo su hija de 7 meses, Jovie, al centro de análisis de movimiento del hospital. Las sesiones inician con una evaluación de una hora acerca de las habilidades motrices del niño antes de usar el Baby Bug. Se le pide a los padres que llenen un cuestionario sobre el desarrollo del niño.
Cuando Haakenson colocó a su bebé en el dispositivo, Jovie se adaptó inmediatamente, maniobrando de manera experta el mando a medida que ella se desplazaba a lo largo del centro de análisis de movimiento con facilidad. Su madre y el personal la animaron en todo momento. A medida que Jovie usaba el Baby Bug, las cámaras capturaron y grabaron sus movimientos e interacciones para determinar qué tan frecuentemente ella miraba el mando y manejaba el dispositivo de forma independiente, y cuándo necesitaba la ayuda de su madre.
El siguiente paso en el estudio es probar el prototipo con un paciente. Un niño diagnosticado con artrogriposis se llevará un dispositivo a casa para su uso y monitoreo durante un periodo de seis meses. El personal hará seguimiento con la familia de forma mensual para registrar el progreso del niño y monitorear las habilidades de movilidad.
Movilidad para la vida
El equipo de movilidad en el Salt Lake City Hospital trabaja para ayudar a pacientes con necesidades de movilidad a lo largo de sus vidas. El Baby Bug nos ayuda a cerrar la brecha temprana del desarrollo de dispositivos de movilidad con motor para niños con discapacidades motrices, desde la infancia hasta la edad adulta”, afirmó Jerome.
Una vez que los bebés crecen y se hacen demasiado grandes para usar el Baby Bug, empezarán a usar una Go Chair personalizada por parte del personal del hospital para niños desde los 17 meses de edad. La Go Chair es pequeña, contiene una base motorizada que se controla con un mando y es fácil de transportar y operar. El departamento de sillas de ruedas, asientos y movilidad de los Hospitales Shriners para Niños — Salt Lake City ha entregado más de 420 de estas Go Chairs modificadas a niños en todo Utah, los estados del occidente y algunos lugares en México.
Movilidad para todos
Aunque actualmente hay otros aparatos de movilidad pediátrica disponibles, son caros y difíciles de obtener. Los Hospitales Shriners para Niños planean trabajar con fundaciones y corporaciones para lograr que el Baby Bug, que es relativamente barato, esté disponible para los pacientes independientemente de las capacidades adquisitivas de la familia.
“Lo que está pasando aquí es revolucionario; es información innovadora que se debe compartir”, afirmó Jerome. Para este propósito, el equipo de Salt Lake City ya está trabajando con la médica de los Hospitales Shriners para Niños — Chicago, Sue Mukherjee, M.D., para tener la posibilidad de reproducir este estudio en ese hospital.
Para obtener más información sobre este programa, llame al 801-536-3500.