Con la experiencia de los equipos de atención de quemaduras de Shriners Children’s y su dedicación para ayudar a cada paciente a alcanzar sus sueños, los niños dan pasos inspiradores y logran recuperaciones increíbles. Por eso, los familiares acuden a nuestros centros de atención de quemaduras desde ciudades cercanas a nuestras ubicaciones, así como desde todo el mundo.
Conozca a los pacientes Samantha y Kohen, quienes sufrieron accidentes en sus hogares que les causaron graves lesiones por quemaduras. Pero gracias a la rápida acción de sus familiares y de los proveedores especializados de Shriners Children’s, sonríen y vuelven a hacer lo que mejor saben hacer: simplemente ser niños.
Atención especializada
En diciembre pasado, Kohen, un niño activo de un año y medio, estaba sentado en su silla alta en la cocina cuando agarró el cable de una olla arrocera que estaba cerca. El contenido cayó en su regazo y le causó quemaduras de tercer y cuarto grado en su abdomen y muslos.
“Los médicos de la sala de emergencias nos dijeron que, como Kohen era tan pequeño y sus quemaduras eran tan graves, debíamos llevarlo a Shriners Children’s, ya que el equipo de atención de quemaduras allí se especializa tanto en niños, como en atención de este tipo de quemaduras”, señaló su madre, Kaitlyn.
En el Shriners Children’s Northern California, la cirujana especialista en quemaduras Kathleen Romanowski, M.D., realizó una escisión y un injerto cutáneo, y los especialistas en vida infantil brindaron apoyo físico y emocional mientras trabajaban para darle a Kohen la mejor oportunidad de recuperarse y lograr la plena funcionalidad que tenía antes del accidente.
Kohen se recuperó en casa y utilizó una prenda de compresión personalizada elaborada por una costurera en colaboración con el equipo de terapia física y ocupacional para disminuir el dolor durante la recuperación, proteger su frágil piel y evitar las cicatrices. Fue supervisado de cerca por el equipo de quemaduras pediátricas y se recuperó por completo.
Al igual que los otros centros de atención de quemaduras de Shriners Children’s, el hospital de Northern California está equipado para tratar lesiones por quemaduras de todos los grados. El equipo de cirujanos plásticos y de quemaduras de la unidad de quemaduras pediátricas, reconocido internacionalmente, trabaja junto con cuidadores dedicados a brindar la atención y la rehabilitación que los niños necesitan; desde quemaduras que ponen en peligro la vida hasta las más pequeñas en la punta de un dedo.
Kaitlyn nunca volverá a mirar igual su cocina. Dice que espera que al compartir su historia, inspire a más padres de niños pequeños a crear un entorno seguro en la cocina de sus hogares.
Atención que va más allá
Después de sufrir un terrible accidente en su casa en la República Dominicana, Samantha recibió atención médica en dos hospitales para quemaduras de Shriners Children’s en los Estados Unidos.
“Estábamos en casa preparándonos para encender una fogata para asar malvaviscos”, explicó Katheryne, madre de Samantha. “Samantha estaba sentada en el regazo de su tía a una distancia que no debería haber sido peligrosa. Pero no éramos conscientes que cerca del fuego había un líquido inflamable sin la tapa puesta”. El recipiente explotó, hiriendo tanto a Samantha como a su tía, quien intentó proteger a la niña.
Aunque llegó a un hospital local en cuestión de minutos, el tratamiento de Samantha fue difícil y doloroso. Después de dos meses sin mejoría, su familia trasladó a Samantha a una clínica privada y luego se comunicaron con el club local de Shriners, que ayudó a iniciar el proceso para que ella viniera a Shriners Children’s.
Samantha, tratada inicialmente en nuestras instalaciones de Galveston, fue transferida a nuestro hospital de Boston para recibir atención por parte del Jefe de personal Robert Sheridan, M.D., porque era más fácil viajar a Boston desde la República Dominicana.
“Tengo tantas cosas para decir sobre lo bien que nos atendieron a ambas: a Samantha como paciente y a mí como su madre”, afirmó Katheryne. “Ahora vivimos en Georgia y somos una familia numerosa y unida que da mucho amor, alegría y, lo más importante, felicidad a la más pequeña de la casa, Samantha. Somos su apoyo, ya que a esta edad le resulta difícil entender lo que le pasó. Tratamos de enseñarle que lo más valioso es la familia, que siempre estará con ella.»