Mateo, de 4 años, estaba en casa jugando con sus dos hermanos, pero un juego con cerillos se convirtió en tragedia. El guardarropa se incendió y Mateo fue alcanzado por las llamas. Su hermano de 13 años utilizó una manta húmeda para rescatar a Mateo.
Mientras recibía tratamiento en un hospital de México por quemaduras de segundo y tercer grado, la familia descubrió que Mateo podía recibir tratamiento especializado en Shriners Children’s Texas. Mateo permaneció en el hospital de Galveston durante tres meses y medio.
“Estoy muy agradecido”, afirmó su padre, Vicente, “porque si no fuera por la atención de Shriners Children’s, Mateo no estaría con nosotros”.
La historia de Jason
Jason era un niño curioso al que le fascinaba el fuego. Un día, cuando Jason tenía 12 años, él y sus amigos encendieron una fogata en el patio trasero de su casa. Querían que el fuego aumentara, así que Jason tomó la gasolina de la cortadora de césped y la vertió sobre el fuego.
“Recuerdo que una llama alcanzó la punta del bidón de gasolina, subió por la boquilla y entonces explotó todo el bidón”, contó.
“En instantes, mi cara, torso, manos y brazos estaban en llamas”. “Recordé detenerme, tirarme al suelo y rodar, pero el fuego no se apagaba”, continuó. “Subí corriendo a nuestra ducha. En ese momento pasaba un cartero y nos ayudó hasta que llegó la ambulancia”.
Jason fue trasladado de urgencia desde su casa en Urbandale, Iowa, al Centro de tratamiento dedicado a las quemaduras de la Universidad de Iowa, con quemaduras de segundo y tercer grado que cubrían más del 40 % de su cuerpo. Después de muchos procedimientos, Jason fue remitido a Shriners Children’s Ohio para recibir tratamientos con láser a fin de atenuar las cicatrices y someterse a una cirugía plástica para reconstruir su oreja derecha.
“Durante años, volé hasta Shriners Children’s Ohio para recibir tratamiento”, recordó. “Me recibían con los brazos abiertos, proporcionándome una habitación, comida, videojuegos y un continuo apoyo tanto físico como emocional. Me cuidaron como cuando uno cuida de su propia familia y, por eso, les estaré siempre agradecido”.
De sobreviviente a cirujano especialista en quemaduras
Jason se sintió tan inspirado por la atención médica recibida que se comprometió a tratar a niños con quemaduras similares a las suyas. Después de estudiar medicina, solicitó una beca en el Instituto Neil Reitman para quemaduras pediátricas de Shriners Children’s Northern California y obtuvo el cargo de especialista en quemaduras.
“Es un sueño hecho realidad”, afirmó Jason Heard, M.D., ahora médico. “A lo largo de los años, he visto al personal de Shriners Children’s Northern California convertirse en presidentes de la Asociación Americana de Quemaduras, y han publicado investigaciones importantes. Ahora, estoy en el mismo equipo que antes admiraba”.
Un momento que cambia la vida
Un día cualquiera, la vida de Camden cambió de repente mientras estaba en el patio trasero de su casa. Mientras su familia trabajaba afuera, el curioso niño de 18 meses extendió la mano y tocó el motor caliente de un soplador de hojas. Los médicos de la sala de emergencias local organizaron el traslado de Cam a Shriners Children’s Boston para que recibiera atención especializada en quemaduras.
Allí le desbridaron la herida, lo que implica quitar el tejido dañado para favorecer la recuperación. Le colocaron un yeso en la mano y al día siguiente comenzó la terapia física. Cam estuvo tres días en el hospital, y luego recibió atención ambulatoria varias veces a la semana durante unos dos meses. Ahora, con 6 años, Cam vuelve al hospital cada cuatro o seis meses para recibir seguimiento.
hospital cada cuatro o seis meses para recibir seguimiento. “Nunca piensas que podría ser tu hijo, que tu bebé podría resultar lastimado de esta manera”, afirmó Erin, madre de Cam. “Sin embargo, hay una luz que puede verse a través de este sombrío evento”.
Peligros ocultos en el hogar
Muchos productos domésticos comunes son altamente inflamables. Kennedy, de 14 años, comprendió que entre los productos de belleza hubo uno que le causó graves quemaduras tras una pequeña explosión. “Estaba utilizando un removedor de esmalte y encendí una vela cerca cuando, de repente, el humo se extendió y el removedor explotó”, afirmó.
Kennedy sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en aproximadamente el 13 % de su cuerpo, incluyendo manos, brazos, muslos y estómago. Logró apagar las llamas antes de que llegara una ambulancia y la trasladara de urgencia a Shriners Children’s Ohio.
Kennedy espera que su historia les enseñe a las familias cuán rápidamente una actividad puede volverse peligrosa. “Quiero que las personas sean más conscientes”, explicó Kennedy. “Nunca imaginé que algo que hacía todo el tiempo podría provocar que me quemara.”
Detectores de Humo: ¡Póngalos a Funcionar!
Octubre es el Mes de la Prevención de Incendios, y Shriners Children’s está promoviendo la campaña de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA, por sus siglas en inglés) sobre prevención de quemaduras, “Detectores de humo: ¡póngalos a funcionar!”
De acuerdo con la NFPA, aproximadamente tres de cada cinco muertes por incendio se producen en hogares en los que no funcionan los detectores de humo, lo que significa que sus probabilidades de sobrevivir a un incendio doméstico se duplican en un hogar con detectores de humo que están en funcionamiento.
+ Instale detectores de humo dentro y fuera de cada habitación.
+ Instale alarmas en cada piso de la casa, incluido el sótano.
+ Utilice detectores de humo interconectados, de modo que cuando suene uno, se activen los demás.
+ Pruebe todos los detectores de humo mensualmente y cámbielos cada 10 años.
+ Considere la posibilidad de utilizar dispositivos de alerta junto a las camas, como luces estroboscópicas y agitadores de almohada o cama, para las personas sordas o con dificultades auditivas.
+ ¿Oye un pitido? ¡Es hora de actuar!
+ Una serie continua de tres pitidos fuertes significa humo o fuego. Salga, llame al 911 y no vuelva a entrar. Ahora bien, un solo “chirrido” cada 30 o 60 segundos significa que se debe cambiar la pila.
+ El sistema de alarma debe cambiarse si el chirrido continúa después de cambiar la pila.
Tenga Cuidado: Es Temporada de Incendios Forestales
Todos somos conscientes de los devastadores incendios forestales que han causado estragos en comunidades, destruido viviendas y empresas, y puesto en peligro a las familias. Según el Centro Nacional Interagencial de Bomberos, solo en 2023, se produjeron más de 56.000 incendios forestales en América del Norte.
David Greenhalgh, M.D., exjefe de atención de quemaduras de Shriners Children’s Northern California, ha tratado a niños con quemaduras provocadas por incendios forestales. Estos niños suelen tener quemaduras extensas porque los incendios son de gran magnitud y les queman la ropa. Las quemaduras en las piernas también son frecuentes, pues las personas intentan correr entre las llamas.
Los incendios forestales se propagan con extrema rapidez, por eso es mejor huir de ellos lo antes posible.
A nivel nacional, casi nueve de cada diez incendios forestales son provocados por la mano del hombre. ¿Qué pueden hacer usted y su familia para prevenir el inicio de incendios?
+ Evite realizar actividades en las que se produzcan fuego o chispas cuando haya tiempo caluroso, seco o sople el viento.
+ Haga sus fogatas en un lugar abierto, lejos de materiales inflamables.
+ Extinga la fogata hasta que se enfríe.
+ Mantenga los vehículos alejados del césped seco.
+ Compruebe las condiciones y regulaciones antes de utilizar fuegos artificiales, o considere utilizar otras alternativas, como varitas luminosas y proyectores de luz.
La Dra. Colleen Ryan Recibe un Prestigioso Premio en la Conferencia de la ABA
Recientemente, la doctora e investigadora de Shriners Children’s Boston, Colleen Ryan, M.D., recibió un reconocimiento especial. En esta primavera recibió el Premio al Servicio Distinguido Harvey Stuart Allen 2024 en la conferencia anual de la Asociación Americana de Quemaduras (ABA, por sus siglas en inglés) celebrada en Chicago. El premio se les otorga a destacados científicos norteamericanos por motivo de su significativa contribución a la atención de quemaduras.
La investigación de la Dra. Ryan se centra en mejorar el proceso de recuperación de los niños y sus familias. Desde 2016, la Dra. Ryan ha sido la investigadora principal de múltiples estudios centrados en los resultados a largo plazo, con la esperanza de que el proceso de rehabilitación y recuperación de los sobrevivientes de quemaduras pueda ser más fácil para los pacientes y sus familias. “La idea es que, si podemos medirlo, podemos mejorarlo”, afirmó la Dra. Ryan.
De la infancia a la edad adulta
Uno de los estudios de la Dra. Ryan es el Preschool Life Impact Burn Recovery Evaluation Profile, (Perfil de la evaluación del impacto en la recuperación de las quemaduras en la vida preescolar), que se centra en cómo los niños afrontan las quemaduras, y cómo estas influyen en su desarrollo. Hay un segundo estudio llamado Measuring Health Outcomes for Teenagers with Burns. (Cómo medir los resultados de la atención médica de los adolescentes con quemaduras). Analiza los desafíos que plantean las actuales mediciones utilizadas para recopilar información. Mediante labores de seguimiento y supervisión de la recuperación, los médicos pueden determinar cómo, cuándo y qué terapias serían las más eficaces.
“Una lesión por quemaduras evoluciona de una enfermedad aguda a una afección crónica, y es importante reconocer que estos niños se enfrentan a desafíos persistentes en la calidad de vida, desde la infancia hasta la edad adulta”, afirmó la Dra. Ryan, quien ha hecho seguimiento a muchos niños en su transición a la vida adulta.
A la Dra. Ryan le apasiona tratar a niños con lesiones por quemaduras, y reconoce la importancia de la familia en la recuperación un niño. Ha tratado a niños con lesiones por quemaduras en Shriners Children’s Boston desde 1989. Durante más de 25 años, los investigadores de Shriners Children’s Boston han intentado definir y medir lo que les ocurre a los pacientes una vez termina el tratamiento inicial de sus quemaduras.