Viajar con niños nunca es fácil, y viajar con niños con necesidades especiales requiere una planificación y consideración aún más exhaustivas. Pero ver a los niños conocer un nuevo lugar, probar una nueva actividad u obtener el mejor regalo (conocer a Mickey Mouse) puede compensar el esfuerzo. Aquí encontrará algunos consejos para que el próximo viaje sea una aventura increíble.
Tenga en cuenta el destino
Su destino puede ser la decisión de viaje más importante que tome. Su destino puede ser la decisión de viaje más importante que tome. Siempre vale la pena ponerse en contacto con el destino de manera anticipada, para averiguar qué puede ofrecer en términos de accesibilidad. Leah, cuyo hijo pequeño, Elijah, ha sido paciente de los Hospitales Shriners para Niños — Honolulu durante la mayor parte de su vida, puede dar fe de que el destino marca la diferencia. Resulta que Leah también es auxiliar de vuelo.
Cuando la familia viajó a Aulani, un Disney Resort & Spa en Oahu, solicitó una habitación con cocina, lo que permitió a Leah y su esposo preparar medicamentos y comidas especiales para Elijah. “Si puede ser creativo con sus planes de viaje o hacer pequeñas mejoras para aumentar su tranquilidad y experiencia, vale la pena”, aconsejó Leah. Leah dijo que su familia busca ambientes tranquilos y se mantiene alejada de las zonas que puedan estar demasiado concurridas o muy ruidosas. “Nuestro niño especial disfruta de las piscinas climatizadas, por lo que a menudo buscamos centros vacacionales que ofrezcan una gran experiencia en la piscina”.
Drew, paciente de los Hospitales Shriners para Niños — Chicago que padece mielitis transversa, un trastorno de la médula espinal, ha viajado con su familia de cinco miembros, incluyendo excursiones y un crucero de Disney. La madre de Drew, Liz, afirmó que es importante no hacer suposiciones. “La primera vez[we traveled] que viajamos, casi di por sentado que los camarotes de los cruceros eran automáticamente accesibles para las sillas de ruedas”, afirmó Liz
“Cuando estaba reservando el viaje, me dijeron que necesitaba una habitación para discapacitados para que la silla de ruedas entrara por la puerta”.
Las familias con niños que utilizan sillas de ruedas y quieren ir a la playa o hacer una excursión por el bosque pueden enfrentarse a desafíos. Las sillas de ruedas típicas no están hechas para este tipo de terreno, y las sillas eléctricas, en particular, pueden ser poco adecuadas para la arena y el barro. En lugar de evitar estas aventuras, intente explorar las opciones de alquiler.
En los Hospitales Shriners para Niños — Salt Lake City, un programa especializado de préstamo de sillas de ruedas ayuda a las familias a ir de vacaciones o simplemente a explorar el terreno en su ciudad natal. Las opciones incluyen sillas diseñadas especialmente para la playa que vienen en una variedad de tamaños, así como la “rueda libre”, una adaptación que esencialmente convierte una silla de ruedas en un cochecito para trotar, haciendo del senderismo algo en lo que toda la familia puede participar y disfrutar.
“Hemos visto familias juntas, creando recuerdos en el océano, el lago e incluso haciendo senderismo en Moab[the gateway to the Red Rocks in Utah] [la puerta de entrada a Red Rocks en Utah]”, afirmó el fisioterapeuta Matt Lowell, MPT, gerente del departamento de sillas de ruedas, asientos y movilidad del hospital.
Un programa de los Hospitales Shriners para Niños — Portland pone a disposición equipos recreativos y duraderos. Es gratuito para todos los pacientes e incluye varias sillas de ruedas todo terreno, corredores adaptables y bicicletas que permiten a los pacientes explorar senderos escarpados o playas de arena. “Es una forma estupenda de que los pacientes disfruten con sus familias de actividades que de otra manera no podrían realizar”, afirmó Caroline Scott, CTRS, terapeuta recreativa del hospital de Portland. “Todo el mundo tiene derecho a disfrutar del aire libre y de todos los beneficios que ofrece”.
Prepararse y practicar
La preparación previa puede ayudar a los niños a sentirse más cómodos con los viajes. Prepare a su hijo para lo que le espera en su viaje y trate de ensayar de manera anticipada, algunos de los pasos que seguirán.
Juliet, de 11 años, paciente del Hospital Shriners de Portland, pudo hacer precisamente eso gracias a un programa de simulación de vuelo ofrecido en Portland por la Autism Society of Oregon y Alaska Airlines.
Antes de su viaje a Disneyland, Juliet ingresó al programa, que ayuda a las personas con necesidades especiales a familiarizarse con el aeropuerto y comprender qué esperar el día del vuelo. Juliet pasó por el control de seguridad y se registró, subió a un avión y lo experimentó mientras rodaba por la pista y regresaba a la puerta de embarque. “Cuando Juliet regresó a la puerta de embarque, creyó que había volado a Disneyland”, afirmó su madre, Karen. Toda la preparación dio sus frutos cuando Juliet finalmente pudo conocer a Mickey Mouse.
Una vez realizada la planificación, el consejo más importante es simplemente divertirse. “Prepárese para los peores escenarios y sorpréndase cuando todo salga a la perfección”, afirmó Leah. “Respire mucho y recuerde programar también su descanso. Aproveche al máximo este tiempo e inversión”.