Ben Wilson, M.D., sabe lo que es quedarse fuera del terreno de juego por una lesión deportiva. En su época de atleta en la secundaria y en la universidad, sufrió lesiones en el hombro y la muñeca que finalmente requirieron cirugía. La fisioterapeuta Adrianne Marx creció nadando, corriendo en la pista y jugando al golf. Al pasar todo el tiempo rodeada de otros atletas, fue testigo de primera mano de los estragos que pueden causar las lesiones deportivas. Es por eso que el Dr. Wilson y Marx trabajan arduamente en el Centro Médico de Hospitales Shriners para Niños — Lexington para ayudar a los pacientes con lesiones deportivas a que vuelvan a practicar los deportes que aman .
“Creo que el hecho de ser un atleta me ayuda a entenderlo”, afirmó el Dr. Wilson.
Los equipos médicos de los Hospitales Shriners están especialmente atentos a las preocupaciones de los atletas, así como a las diferencias entre el cuerpo de un atleta adulto y el de un atleta joven que aún está en crecimiento. Trabajan en equipo para que vuelvan a estar en forma para competir.
Tratamientos conservadores
En ocasiones, los atletas se resisten a buscar tratamiento para el dolor o las lesiones porque temen que no se les permita jugar. Sin embargo, muchos métodos conservadores que no requieren cirugía ni largos periodos de recuperación, como los programas de rehabilitación, los soportes para el arco del pie, los refuerzos ortopédicos y los vendajes, suelen tener éxito en el tratamiento de las lesiones.
“La rehabilitación, específicamente la terapia física, puede ayudar en el tratamiento conservador de muchas lesiones deportivas con el fin de que el atleta vuelva a participar plenamente en el deporte que ha elegido de la forma más rápida y segura posible”, afirmó la fisioterapeuta Mary K.V. Eighmy, PT, DPT, de los Hospitales Shriners para Niños — Erie.
Esta gestión conservadora funcionó para Kiley, una jugadora de baloncesto de 15 años que se quedó fuera del terreno de juego el verano pasado cuando se lesionó durante un torneo. Kiley se había fracturado la rodilla y se había lastimado la rótula, lo que requirió 12 semanas de terapia física en el Centro Médico de Hospitales Shriners para Niños — Lexington.
Para Kiley, fue un tiempo valioso para curarse y también para mantener y desarrollar su fuerza para prevenir más lesiones. “Cuando me lesioné, sentí que era el fin del mundo”, afirmó Kiley, “pero venir a los Hospitales Shriners me ayudó a saber que podría volver a jugar y no lesionarme de nuevo, y que podría estar mejor a tiempo para cuando la temporada vuelva a comenzar”. Con la ayuda del equipo del Centro Médico Shriners de Lexington, Kiley está de regreso a la cancha y tiene la intención de jugar baloncesto en la universidad.
El tratamiento no quirúrgico también ayudó a una joven bailarina de Massachusetts, que se dislocó la rótula el otoño anterior, mientras realizaba un movimiento acrobático que había ejecutado perfectamente en numerosas ocasiones.
“Sentí un dolor inmediato. No podía soportar ningún peso sobre mi rodilla”, afirmó Bridget, de 12 años. “Creo que me negaba a creer que estaba lastimada, porque nunca había tenido una lesión así”.
En los Hospitales Shriners para Niños — Springfield, Bridget conoció a Ahmad Bayomy, M.D., director médico del programa de medicina y salud deportiva del hospital. “Bridget estaba en una condición física tan sólida, que determiné que la rehabilitación era el mejor camino para el tratamiento”, afirmó el Dr. Bayomy.
“Para nosotros era importante que se le reconociera como atleta cuando ingresó a la terapia”, afirmó la madre de Bridget, Erin. A Bridget se le colocó una rodillera y comenzó ocho semanas de terapia física con la fisioterapeuta Erin Carpenter, PT, DPT, quien también es bailarina formada. “Fue genial cómo Erin incorporó movimientos de baile a mi terapia”, afirmó Bridget. “¡Hablamos el mismo léxico del baile!”
En diciembre, Bridget volvió a práctica de baile y ejecutó una antena frontal a la perfección. “Estaba tan emocionada”, afirmó Bridget. “Fue una sensación increíble”.
Cuando la cirugía es la única opción
En el verano de 2019, Jaylen, un jugador de fútbol americano de Sacramento, California, asistió a un campamento deportivo en Napa. La oportunidad le dio al joven y prometedor atleta la posibilidad de vivir en un campus universitario, conocer a otros jugadores y aprender por parte de nuevos entrenadores.
En el último día del campamento, en una práctica final con los padres entre el público, Jaylen, de 12 años fue tacleado por el lado ciego. El golpe se produjo justo cuando Jaylen empujaba con fuerza su pierna izquierda. Escuchó un fuerte estallido, sintió un dolor terrible en la rodilla izquierda y cayó al suelo.
“Jaylen normalmente salta rápidamente después de ser tacleado”, afirmó su madre, Yuri. “Esta vez fue diferente”.
Los rayos X no mostraron ningún hueso roto, pero una resonancia magnética (RM) reveló que Jaylen tenía una lesión en el ligamento cruzado anterior (LCA), el principal ligamento estabilizador de la articulación de la rodilla. Los desgarros del LCA son cada vez más frecuentes en jóvenes atletas. Según la Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos, las lesiones del LCA que se producen antes de que los huesos de un niño hayan madurado por completo (en los niños, generalmente a los 16 años), requieren un tratamiento y una atención especiales para garantizar una recuperación adecuada y prevenir complicaciones a largo plazo.
En los Hospitales Shriners para Niños — Northern California, Nicole Friel, M.D., cirujana ortopédica y especialista en medicina deportiva, reconstruyó el LCA de Jaylen. Jaylen se sometió a terapia física para recuperar el pleno uso de su rodilla y volver a practicar el deporte que ama.
El uso de datos para el retorno a los deportes
¿Cómo saben los equipos de atención médica cuándo un paciente está listo para volver a jugar? Una manera es a través de los datos.
En marzo de 2019, una lesión en la rodilla apartó a Jessica del campo de sóftbol durante casi un año. “Estaba corriendo hacia la primera base cuando el jugador de primera base resbaló, cayendo sobre Jess cuando pasaba corriendo”, afirmó la madre de Jessica, Kimberly.
Jessica recibió atención en los Hospitales Shriners para Niños — Chicago, donde utilizan un enfoque de equipo que incluye cirujano ortopédicos pediátricos, terapia física en las instalaciones y pruebas de retorno a los deportes en el centro de análisis de movimiento. Fue tratada por la cirujana ortopédica pediátrica Kelsey Elaine Davidson, M.D.
Después de la cirugía artroscópica con un injerto hueso‑tendón rotuliano‑hueso (BPTB, por sus siglas en inglés), terapia física y ejercicios en casa, Jessica se sometió a pruebas para proporcionar datos a su equipo de atención médica. Las pruebas de movimiento y fuerza de alta tecnología, son pruebas de actividades múltiples de sentadillas, saltos y equilibrio, realizadas en el centro de análisis de movimiento del hospital, que proporcionaron información sobre su progreso. Los resultados se compartieron con la médica y la terapeuta, y su equipo de atención utilizó los datos para ayudar a evaluar cuándo estaba lista para regresar de manera segura al campo.
“Las pruebas para el retorno a los deportes brindan mucha más información de la que podemos obtener en una visita rápida al consultorio”, afirmó la Dra. Davidson.
Kimberly dijo que la conexión de Jessica con la fisioterapeuta Nicole Viverito, PT, DPT, fue otra parte importante de su progreso. “Nicole y Jessica tuvieron una fuerte conexión desde el primer día”, afirmó Kimberly. “Trabajó con los entrenadores de Jessica para asegurarse de que todos entendieran en qué punto se encontraba su recuperación y qué limitaciones tenía”.
Ahora, esas limitaciones son mínimas. Jessica, a sus 17 años, ha firmado recientemente una carta nacional de intención para jugar al sóftbol, con una beca deportiva en la Universidad Ball State de Indiana.