Es posible que sepa que la inmersión de una quemadura reciente en agua corriente fría es una medida de primeros auxilios muy eficaz, pero ¿sabe cuánto tiempo debe mantenerla bajo el grifo? Según un reciente trabajo de investigación de Australia, del que es coautora la doctora especialista en quemaduras Tina Palmieri, del Shriners Children’s Northern California, puede que tarde mucho más de lo que pensaba: 20 minutos. Este nuevo trabajo demuestra que el agua corriente fría sobre una quemadura proporciona algo más que alivio del dolor. También ayuda a prevenir algunos de los daños en la piel y los tejidos subyacentes. Además, usted dispone de hasta tres horas para beneficiarse del tratamiento con agua corriente, así que tiene tiempo suficiente para reaccionar.
Una mirada a la evidencia
Aunque el trabajo del grupo de la Dra. Palmieri no pudo establecer una reducción estadísticamente significativa en las admisiones a la UCI, sí encontró un gran beneficio en los demás resultados investigados, incluyendo una reducción en la profundidad de las quemaduras, una menor necesidad de injertos cutáneos, un menor tiempo de reepitelización (cicatrización de la herida) y una menor necesidad de procedimientos quirúrgicos para su tratamiento.
Para su trabajo, la Dra. Palmieri y su grupo evaluaron siete estudios con la calidad y los datos necesarios para un metaanálisis. Dichos estudios tenían una población total de 11,383 pacientes, de los cuales el 50% recibió primeros auxilios con agua corriente fría durante 20 minutos. Entre los resultados de los estudios se incluyen los siguientes:
- Un estudio informó de una disminución del 31% en la probabilidad de hospitalización pediátrica.
- Un estudio pediátrico informó de una disminución del 63% en la probabilidad de una herida de espesor completo en el primer cambio de apósito.
- Los resultados combinados de tres estudios mostraron una disminución del 46% en la probabilidad de necesidad de injertos cutáneos.
- En dos estudios, la probabilidad de necesitar algún tipo de tratamiento quirúrgico, incluidos injertos, desbridamientos, etc., fue un 36% menor.
- En conjunto, los estudios sugirieron que el tiempo promedio de reepitelización se redujo de 14 a 13 días. (Los cirujanos especialistas en quemaduras de Shriners Children’s sugieren que cuando una quemadura reepiteliza en un lapso de 14 días, no deja cicatriz, pero si pasa más tiempo, sí lo hace).
“La revisión demostró que 20 minutos de primeros auxilios con agua corriente fría se asociaron a mejoras sustanciales en la morbilidad de los pacientes, incluyendo reducciones significativas de la temperatura y profundidad de las heridas por quemaduras, los ingresos hospitalarios, la necesidad de injertos cutáneos u otras intervenciones quirúrgicas y las tasas de infección”, señala la conclusión del estudio. “Además, desde un punto de vista práctico, los primeros auxilios con agua corriente fría son en su mayoría accesibles, sencillos y pueden ser aplicados por pacientes conscientes, transeúntes y personal de respuesta prehospitalaria”.
Aunque, en definitiva, no se sabe por qué ayuda el agua, se cree que el frío alivia un poco el dolor y reduce la temperatura de la herida, lo que puede suprimir parte de la liberación de histamina, un factor desencadenante de la inflamación y la hinchazón.
¿Hay ocasiones en las que no deberían tratarse las quemaduras con agua corriente fría? Sí, afirma la Dra. Palmieri.
“Si el tamaño de la quemadura es mayor a cinco huellas de palma de la mano, se debe buscar atención médica inmediata”, explica. “Pero, si es menor, la quemadura se debe mantener bajo el chorro de agua fría durante 20 minutos y luego buscar tratamiento adicional según sea necesario”.
Superar las barreras
Aunque esta recomendación es práctica y factible en casi cualquier lugar, no es precisamente fácil. “Veinte minutos pueden parecer una eternidad cuando se requiere permanecer bajo el agua y no moverse. Veinte minutos son difíciles de lograr”, afirma la Dra. Palmieri. “Realmente deben cronometrarse”.
La Asociación Americana de Quemaduras (ABA, por sus siglas en inglés) ha recomendado someter las quemaduras al agua fría durante cinco minutos, pero ni la ABA ni los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han ajustado su recomendación a 20 minutos. La Dra. Palmieri dice que los grupos se han mostrado reticentes porque no se ha realizado ningún ensayo prospectivo, ni aleatorizado ni definitivo, solo estudios de informes de casos. Ella opina que ambas organizaciones deberían comenzar a recomendar el ir en busca del grifo o de la manguera basándose en la evidencia acumulada.
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Después de una Acción de Primeros Auxilios, los Bomberos Recomiendan Shriners Children’s
Ayden, que tenía 10 años en ese momento, estaba junto a su padre, Ravin, chef, en una cocina improvisada en un evento al aire libre. De repente, una ráfaga de viento hizo volar una tienda de campaña contra la estación de cocina y lanzó agua hirviendo y comida caliente sobre las piernas y los pies de Ayden.
Afortunadamente para él, cuatro bomberos fuera de servicio habían llegado al evento apenas unos minutos antes. Los bomberos entraron inmediatamente en acción. Uno de ellos desinfectó rápidamente el fregadero de la cocina para poder tratar sus quemaduras con agua, otro pidió ayuda y los demás tomaron sus suministros de primeros auxilios. El equipo trabajó rápidamente para tratar las quemaduras de Ayden con vendas y agua.
En ese momento, los padres de Ayden se enfrentaron a una difícil decisión. Podían trasladarlo en ambulancia a la unidad de emergencias más cercana o podían llevarlo ellos mismos a UC Davis, cerca de Shriners Children’s Northern California.
“Los bomberos recomendaron encarecidamente que acudieran a Shriners Children’s”, afirma Ashlee, la madre de Ayden. “Todos nos dijeron que debíamos ir allí”.
Ashlee y Ravin subieron a Ayden al auto y corrieron a UC Davis, donde más tarde fue trasladado a Shriner’s Children’s. Recibió tratamiento para sus quemaduras de segundo y tercer grado durante varios días. Durante los meses posteriores a su lesión, recibió atención médica de seguimiento, incluida una cirugía de injerto cutáneo.
“Todos los médicos, enfermeras y especialistas en vida infantil hicieron todo lo posible para que él se sintiera lo más cómodo posible”, afirma Ashlee.
Hoy, Ayden es un niño normal de 12 años que vuelve a hacer lo que le gusta: tocar la batería, competir en deportes y salir con sus amigos. Ashlee atribuye su recuperación a Shriners Children’s y a los increíbles bomberos que lo enviaron allí para su recuperación.